LA FIEBRE DEL ORO 2.0 (1)
Realizada con Leticia Cappellotto, publicada en los portales Notas.org y Marcha.org
Primera
parte de un análisis sobre Bitcoin, la moneda electrónica o criptodivisa
descentralizada inventada en 2009 por “Satoshi Nakamoto” parece ir abriéndose
paso en los mercados internacionales como forma de enviar valores de un lado a
otro del mundo casi instantáneamente y sin costo.
No es una moneda de curso legal, su único respaldo en Argentina
es el Artículo 19 de la Constitución Nacional, que dice que todo lo que no está
prohibido vale, pero con una bitcoin aún así se ahorra, se compra y se
invierte. Basado en la criptografía, no pertenece a ningún gobierno central
sino a los usuarios. Cuando comenzó a funcionar, a principios del 2009, cada una
de las 21 millones de monedas que lo constituyen tenía su paridad en el mercado
a 0.03 dólares, pero hoy su valor ronda los 1000 y sigue subiendo. Se podría
arriesgar también que si los bancos centrales del mundo empiezan a utilizar
bitcoin como reserva, el FMI lo adoptaría. Libertario, pero en su acepción
estadounidense, liberal libertario pero dolarizado. Los mineros entonces ya no
son hombres de pico y pala, encerrados en cuevas, empleados al servicio de la
apropiación de los recursos naturales. Los mineros ahora son digitales y en vez
extraer oro para otros, reciben la recompensa en bitcoins.
“ ¿Cómo le explicaría a una
abuela qué es bitcoin? Es una manera de mandar valor de un lugar a otro del
mundo y sin costo. Utilizaría una analogía con el caso de la velocidad del
email y las cartas de antes”. Simplifica así un mundo de códigos Franco Amati,
miembro de la Fundación Bitcoin Argentina y militante del partido porteño
Liberal libertario. Él elige una sola arista, la de la nulidad de costos en el
envío de divisas, pero no es sólo eso. En principio hay dos modos de hacerse de
esta criptomoneda: se puede ser parte de la red descentralizada que propuso el
inventor del sistema Satoshi Nakamoto, mediante la descarga de un software que
utiliza la capacidad de procesamiento de una computadora personal para resolver
algoritmos que esconden bitcoins, también conocido como minería, o comprarlas a
quien las tenga pagando el precio al que cotizan en la moneda local.
Este
protodinero no tiene un respaldo legal de ninguna entidad financiera pero es
justamente eso lo que le da valor en un contexto de crisis internacional donde
el congelamiento de depósitos al estilo del “corralito” argentino de 2001 es
una solución propuesta por el Fondo Monetario Internacional en los casos de
crisis. El presidente de la Fundación Bitcoin y pionero del desarrollo web en
el país, Diego Gutiérrez Zaldívar, argumenta en esta línea: “Las monedas de
curso legal hoy en día no tienen respaldo físico, siempre estamos depositando
confianza. En el bitcoin vos estás confiando en matemática, no hay ningún
individuo que pueda modificar eso unilateralmente.”
Desde
el punto de vista teórico Esteban Mancusi, Licenciado en Economía y Becario de
FLACSO señala: “los neoclásicos y los monetaristas ya plantearon la necesidad
de que el Banco Central sea independiente del Poder Ejecutivo que necesita
financiar sus presupuestos, pero aquí es diferente, porque nadie controla el
sistema bitcoin”. Pero entonces ¿quiénes se beneficiarían con una moneda que no
esté sujeta a un control estatal? Mancusi lo resume: “el sector financiero y
los bancos, porque siempre son los que más insisten en la independencia del
Banco Central”. De todas formas, el eje de las políticas monetarias actuales no
lo marcan los gobiernos, sino los organismos internacionales de crédito. En
este sentido Mancusi cree que el sistema bitcoin puede ir de la mano con lo que
el FMI denomina DEG (derechos especiales de giro), que intenta cumplir con muy
poco éxito la función que cumplía el oro en la época del “patrón oro”, donde
todas las monedas estaban atadas a su valor. En palabras de Mancusi: “si los
Bancos Centrales comienzan a ahorrar en bitcoins, el FMI estaría de acuerdo”.
Sumado
a la idea de Amati de la transferencia de valor sin comisiones, los partidarios
de bitcoin y especialmente los comerciantes sostienen que una de sus virtudes
más atractivas es que podría reducir significativamente los costos de
procesamiento de pagos. Los minoristas comúnmente pagan entre 2 y 3% del valor
de una venta cuando se usa una tarjeta de crédito y desde hace mucho buscan
otras opciones, pero sin mucha suerte. PayPal, el sistema de pagos online,
comúnmente cobra a los comerciantes una tarifa de entre 2,2 y 2,9%, así como un
arancel por transacción de 30 centavos de dólar. “Para ser considerada moneda
el sistema bitcoin debería poder cumplir las funciones de medio de cambio,
unidad de cuenta y reserva de valor”, explica Mancusi. “No queda claro todavía,
por la poca cantidad de comercios que lo aceptan, que pueda ser considerado
como medio de cambio; sí en cuanto a reserva de valor, parece ser lo que está
sucediendo ahora, donde hubo una explosión en su precio y los agentes corrieron
a comprar, para ahorrar o intentar obtener una ganancia especulativa en
bitcoins”, analiza. Por su parte, Francisco Buero, creador y administrador de
Conectabitcoin.com, ex cryptocueva, cree que el sistema bitcoin es lo más
rentable a la hora de hacer compras. “Hay un montón de cuestiones
administrativas que el sistema bitcoin puentea, si yo quiero comprar algo en
China y tengo una tarjeta internacional, la comisión es de un 20%, lo que
termina encareciendo el producto; en cambio el sistema bitcoin es liquidable en
cualquier país”, explica y remata: “en 40 minutos podés transferir riqueza a
cualquier parte del planeta”. En la misma línea Gutiérrez Zaldívar se refiere
al pico de 1000 USD que alcanzó recientemente en el mercado y explica: “Estos
crecimientos disruptivos, es este caso porque el Google chino (Badiu) empezó a
aceptarlo como medio de pago, son parte del funcionamiento del bitcoin, porque
se está abriendo paso en el mundo financiero y empezando a ocupar espacios que
antes ocupaban las redes bancarias o las tarjetas de crédito, entonces no tiene
un crecimiento suave y controlado sino que crece así por explosiones.”
Pero
instalar el software en una simple computadora hogareña, o sea ser un “nodo”,
ya no hará a nadie millonario, ya que ser minero no es tan rentable como a
principios de década. La clave de este sistema reside en la creación de valor,
tiene potencialmente en su interior 21 millones de bitcoins, es decir 21
millones de claves criptográficas que se irán generando a medida que haya más
nodos donde desarrollarse. Si una computadora logra desencriptar alguna clave
nueva, se gana o se mina ese bitcoin, que no estaba en circulación todavía. De
esta forma, las computadoras con mayor capacidad de procesamiento son las que
producen nuevos bitcoins.
De los 21 millones ya se han minado casi 12, o sea
más del 50%, pero cada vez es más complejo hacerlo, por las propias
características del sistema. Cuando la red comenzó la cantidad de monedas que
se daban era mucho mayor, en cambio hoy en día con un equipo normal es casi
imposible lograr un bitcoin en meses. Franco Amati aclara que el programa está
preparado para “emitir hasta el 2030 el 99% de los bitcoins existentes y a
partir de ahí hasta el 2140 el 1%”.Buero
ejemplifica: “Cuando un minero se compra una computadora, instala el software y
lo pone a correr, lo que hace ese programa es ir probando soluciones” Así, lo
que aparentemente sería una red de desencriptadores seriales, tiene más forma
de jueguito en red que otra cosa.
“No es lineal el cómo se accede a esa
solución, cuando el software que está corriendo el nodo arrima a una respuesta
y es el primero en llegar a ella lo valida con la red y si la red dice si, este
es el primero, le asigna 25 bitcoins, hace un tiempo eran 50”, señala Buero. La
complejidad del sistema bitcoin aumenta cuantos más nodos estén asociados. A la
vez, eso eleva el precio del bitcoin en función de las monedas corrientes,
porque es un sistema basado en oferta y demanda. El problema (donde el sistema
bitcoin se autoregula) tiene que ver con la complejidad de las ecuaciones
involucradas. Buero analiza que “mientras más suba el precio, más gente va a
querer entrar a la red, mientras más gente entre más poder de computo y más
difícil es”.