20/12/13

LA FIEBRE DEL ORO 2.0 (2)

Realizada con Leticia Cappellotto, publicada en los portales Notas.org y Marcha.org


Segunda y última parte de un análisis sobre Bitcoin, la moneda electrónica o criptodivisa descentralizada inventada en 2009 por “Satoshi Nakamoto” parece ir abriéndose paso en los mercados internacionales como forma de enviar valores de un lado a otro del mundo casi instantáneamente y sin costo.







El sistema bitcoin viene a disputarle sentido no sólo a la moneda como forma en la que las corporaciones y los gobiernos controlan a la sociedad sino que redefine el problema mismo del consumo en el capitalismo. Francisco Buero, en ese plano, acota que “el sistema bitcoin amplía derechos, abre libertades para que las personas no tengan que depender de instituciones que son más grandes que ellas, tienen mucho más poder de lobby y pueden hacer con la vida de muchos individuos lo que quieran.”

 

¿Pero quién usa bitcoins? Buero explicita: “hay tipologías de usuarios distintas, está el tipo que comulga románticamente con lo que el sistema bitcoin propone hasta el especulador que dice compro en 75 y vendió en 200, pero lo importante de todas formas es la red, mi mejor beneficio es el mejor beneficio de la red, no hay una moralidad capitalista”. Sin embargo, hay siempre un trasfondo ideológico cuando hablamos de dinero. En este sentido Buero deja clara la vinculación. “Cualquier moneda tiene su paridad en dólar entonces nosotros financiamos lo que banca el dólar: invasiones, servicios de inteligencia y todo lo que hace que la maquinaria industrial militar”, distingue.

 

Según la página bitnodes.io en Argentina hay activos 1331 nodos, o sea personas que tienen instalado el software de la cryptomoneda y lo usan. La mayor parte de ellos están ubicados en Capital Federal y los partidos del norte del gran Buenos Aires, en especial en Munro. Esta cifra de iluminados es acorde a la distribución de potencia de banda ancha en el país, así como también de concentración de la riqueza. De todos modos hay un número que no es cuantificable, la de quiénes invierten en esto, aunque Buero comenta que desde la apertura de su página al día de hoy ya cuentan con alrededor de 500 usuarios registrados activos, realizando al menos 2 intercambios cada uno. Estas cifras resultan ridículamente pequeñas en comparación con el número uno en nodos China y el dos Estados Unidos, ambos países rondando los 45mil usuarios. En el ranking mundial Argentina ocupa el puesto 24, o sea que sólo el 0.003% de la población ejerce la minería de bitcoins.

 

También el uso del bitcoin ha generado una red de tráfico ilegal sin precedentes. Durante mucho tiempo Silk Road, una web donde se ofertaba y vendía de todo pero especialmente drogas ilegales canalizó la mayor parte del trafico de monedas. El FBI cerró el sitio hace un par de meses e incautó los bitcoins que habían obtenido los dueños de la página como ganancia sacándolos de circulación, lo cual generó una baja en la cotización que no tardó en recomponerse. De hecho ya hay alternativas a este mercado libre de la ilegalidad como la página Black Market Reloaded, alojada en ese submundo que no encontramos con Google, la “internet profunda”. Este uso “ilegal” de la moneda dio pie para que se discutiera el asunto desde una perspectiva más política que económica y financiera. Aunque decirle o no moneda queda a criterio del especialista de turno, este paralelo a las divisas de cada nación tiene su correlato en ellas y cumple al menos con las funciones básicas que le atribuimos al dinero, ahorrar, intercambiar e invertir.

 

Otra de las características favoritas de los defensores del sistema bitcoin tiene que ver con que el código de toda la red es abierto, es decir cualquiera puede acceder a él y modificarlo. Los militantes del software libre abogan por programas y desarrollos en los que se pueda modificar el código a gusto del consumidor y llaman al resto de los sistemas privativos. En el caso del sistema bitcoin se podría pensar que debido a la complejidad del asunto (involucra dinero, transacciones, compras y ventas) no debería ser fácil entrar a su código y poder modificarlo. Sin embargo, los analistas coinciden en que esta es una de las características que más potencia le da al sistema. En palabras de Buero: “El código está en todos los nodos de la red, está en todos lados y en ninguno en particular así que para que alguien pueda cambiar el código y cambiar las reglas por las cuales se rige el sistema bitcoin tendría que tener más del 51% del poder de computo de la red, que es como tener un transbordador mega nuclear”.

 

En 1996 la división de criptografía de la entonces novedosa National Security Agency (NSA) publicó un artículo en el que se abalan las ventajas de una moneda criptográfica en la medida en que supone un nivel de anonimato máximo y a la vez disminuye el costo de las transacciones. Lejos de estos orígenes granhermanescos, el sistema bitcoin funciona hoy como una bandera entre aquellos criptoanarquistas que buscan salirse del sistema a través de la encriptación no solo de su actividad online sino también de sus transacciones comerciales. Con esto, los bitcoiners se unen a una serie de nuevos activistas webs, que encuentran en las eminentes figuras de Julian Assange y Edward Snowden líderes indiscutidos. En este sentido, Buero señala que “en realidad el núcleo del sistema bitcoin es anarquista romántico, es un cambio de paradigma porque el dólar estaba bancado con oro y hoy con portaaviones, entonces la gente que empieza a no comulgar con lo que tienen que suceder para que se respalde la moneda.” Por su parte Pablo De Biase, miembro fundador de la Asociación Civil Eudemocracia aporta: “Si Bitcoin se hace masivo los organismos financieros supranacionales van a intentar controlarlo y/o boicotearlo dado que si no lo hacen perderían el poder de control que actualmente tienen. Probablemente lo hagan, pero la idea de liberación va a permanecer y el bitcoin será reemplazado por otras monedas menos propensas al boicot hasta que las sociedades obtengan la libertad que tanto hace falta”.

 

La libertad y el anonimato tienen un límite, de hecho todas las transacciones en bitcoin son trazables, aunque según Buero no es asociable a una persona en particular, aclara que cualquier usuario puede ver los intercambios realizados desde las billeteras virtuales, incluso la cantidad de criptomonedas disponibles en ellas. A esto se le puede agregar además que en el sitio bitnodes figura la dirección IP de cada usuario activo, esto es un número que identifica el dispositivo, en este caso la computadora que se está utilizando dentro de una red, o sea internet.

 

Con respecto al futuro del sistema bitcoin, Santiago Siri, Especialista en tecnología y miembro del Partido de la red estima: “Cualquier sistema va a ser naturalmente encarnado a través de estas nuevas redes digitales y cuando decimos proceso no sólo nos referimos a sistemas informáticos también sistemas políticos y sistemas económicos. Este año el fenómeno del bitcoin tuvo mucha visibilidad en la prensa, porque es un fenómeno que viene a cambiar el concepto de moneda”. Por su parte Franco Amati, de la fundación Bitcoin Argentina apuesta: “en algún momento habrá bancos online que a través de un usuario y una clave almacenarán y protegerán las bitcoins o se puedan retirar en persona con documento por una ventanilla “. Pero a la vez para Amati el rótulo de moneda no encaja para el sistema bitcoin: “yo no la llamaría moneda, prefiero quedarme con sus utilidades y no enmarcarla en un concepto que puede traer confusiones.”


19/12/13

LA FIEBRE DEL ORO 2.0 (1)

Realizada con Leticia Cappellotto, publicada en los portales Notas.org y Marcha.org

Primera parte de un análisis sobre Bitcoin, la moneda electrónica o criptodivisa descentralizada inventada en 2009 por “Satoshi Nakamoto” parece ir abriéndose paso en los mercados internacionales como forma de enviar valores de un lado a otro del mundo casi instantáneamente y sin costo.

 


No es una moneda de curso legal, su único respaldo en Argentina es el Artículo 19 de la Constitución Nacional, que dice que todo lo que no está prohibido vale, pero con una bitcoin aún así se ahorra, se compra y se invierte. Basado en la criptografía, no pertenece a ningún gobierno central sino a los usuarios. Cuando comenzó a funcionar, a principios del 2009, cada una de las 21 millones de monedas que lo constituyen tenía su paridad en el mercado a 0.03 dólares, pero hoy su valor ronda los 1000 y sigue subiendo. Se podría arriesgar también que si los bancos centrales del mundo empiezan a utilizar bitcoin como reserva, el FMI lo adoptaría. Libertario, pero en su acepción estadounidense, liberal libertario pero dolarizado. Los mineros entonces ya no son hombres de pico y pala, encerrados en cuevas, empleados al servicio de la apropiación de los recursos naturales. Los mineros ahora son digitales y en vez extraer oro para otros, reciben la recompensa en bitcoins.

 

¿Cómo le explicaría a una abuela qué es bitcoin? Es una manera de mandar valor de un lugar a otro del mundo y sin costo. Utilizaría una analogía con el caso de la velocidad del email y las cartas de antes”. Simplifica así un mundo de códigos Franco Amati, miembro de la Fundación Bitcoin Argentina y militante del partido porteño Liberal libertario. Él elige una sola arista, la de la nulidad de costos en el envío de divisas, pero no es sólo eso. En principio hay dos modos de hacerse de esta criptomoneda: se puede ser parte de la red descentralizada que propuso el inventor del sistema Satoshi Nakamoto, mediante la descarga de un software que utiliza la capacidad de procesamiento de una computadora personal para resolver algoritmos que esconden bitcoins, también conocido como minería, o comprarlas a quien las tenga pagando el precio al que cotizan en la moneda local.

 

Este protodinero no tiene un respaldo legal de ninguna entidad financiera pero es justamente eso lo que le da valor en un contexto de crisis internacional donde el congelamiento de depósitos al estilo del “corralito” argentino de 2001 es una solución propuesta por el Fondo Monetario Internacional en los casos de crisis. El presidente de la Fundación Bitcoin y pionero del desarrollo web en el país, Diego Gutiérrez Zaldívar, argumenta en esta línea: “Las monedas de curso legal hoy en día no tienen respaldo físico, siempre estamos depositando confianza. En el bitcoin vos estás confiando en matemática, no hay ningún individuo que pueda modificar eso unilateralmente.”

 

Desde el punto de vista teórico Esteban Mancusi, Licenciado en Economía y Becario de FLACSO señala: “los neoclásicos y los monetaristas ya plantearon la necesidad de que el Banco Central sea independiente del Poder Ejecutivo que necesita financiar sus presupuestos, pero aquí es diferente, porque nadie controla el sistema bitcoin”. Pero entonces ¿quiénes se beneficiarían con una moneda que no esté sujeta a un control estatal? Mancusi lo resume: “el sector financiero y los bancos, porque siempre son los que más insisten en la independencia del Banco Central”. De todas formas, el eje de las políticas monetarias actuales no lo marcan los gobiernos, sino los organismos internacionales de crédito. En este sentido Mancusi cree que el sistema bitcoin puede ir de la mano con lo que el FMI denomina DEG (derechos especiales de giro), que intenta cumplir con muy poco éxito la función que cumplía el oro en la época del “patrón oro”, donde todas las monedas estaban atadas a su valor. En palabras de Mancusi: “si los Bancos Centrales comienzan a ahorrar en bitcoins, el FMI estaría de acuerdo”.

 

Sumado a la idea de Amati de la transferencia de valor sin comisiones, los partidarios de bitcoin y especialmente los comerciantes sostienen que una de sus virtudes más atractivas es que podría reducir significativamente los costos de procesamiento de pagos. Los minoristas comúnmente pagan entre 2 y 3% del valor de una venta cuando se usa una tarjeta de crédito y desde hace mucho buscan otras opciones, pero sin mucha suerte. PayPal, el sistema de pagos online, comúnmente cobra a los comerciantes una tarifa de entre 2,2 y 2,9%, así como un arancel por transacción de 30 centavos de dólar. “Para ser considerada moneda el sistema bitcoin debería poder cumplir las funciones de medio de cambio, unidad de cuenta y reserva de valor”, explica Mancusi. “No queda claro todavía, por la poca cantidad de comercios que lo aceptan, que pueda ser considerado como medio de cambio; sí en cuanto a reserva de valor, parece ser lo que está sucediendo ahora, donde hubo una explosión en su precio y los agentes corrieron a comprar, para ahorrar o intentar obtener una ganancia especulativa en bitcoins”, analiza. Por su parte, Francisco Buero, creador y administrador de Conectabitcoin.com, ex cryptocueva, cree que el sistema bitcoin es lo más rentable a la hora de hacer compras. “Hay un montón de cuestiones administrativas que el sistema bitcoin puentea, si yo quiero comprar algo en China y tengo una tarjeta internacional, la comisión es de un 20%, lo que termina encareciendo el producto; en cambio el sistema bitcoin es liquidable en cualquier país”, explica y remata: “en 40 minutos podés transferir riqueza a cualquier parte del planeta”. En la misma línea Gutiérrez Zaldívar se refiere al pico de 1000 USD que alcanzó recientemente en el mercado y explica: “Estos crecimientos disruptivos, es este caso porque el Google chino (Badiu) empezó a aceptarlo como medio de pago, son parte del funcionamiento del bitcoin, porque se está abriendo paso en el mundo financiero y empezando a ocupar espacios que antes ocupaban las redes bancarias o las tarjetas de crédito, entonces no tiene un crecimiento suave y controlado sino que crece así por explosiones.”

 

Pero instalar el software en una simple computadora hogareña, o sea ser un “nodo”, ya no hará a nadie millonario, ya que ser minero no es tan rentable como a principios de década. La clave de este sistema reside en la creación de valor, tiene potencialmente en su interior 21 millones de bitcoins, es decir 21 millones de claves criptográficas que se irán generando a medida que haya más nodos donde desarrollarse. Si una computadora logra desencriptar alguna clave nueva, se gana o se mina ese bitcoin, que no estaba en circulación todavía. De esta forma, las computadoras con mayor capacidad de procesamiento son las que producen nuevos bitcoins. 

 

De los 21 millones ya se han minado casi 12, o sea más del 50%, pero cada vez es más complejo hacerlo, por las propias características del sistema. Cuando la red comenzó la cantidad de monedas que se daban era mucho mayor, en cambio hoy en día con un equipo normal es casi imposible lograr un bitcoin en meses. Franco Amati aclara que el programa está preparado para “emitir hasta el 2030 el 99% de los bitcoins existentes y a partir de ahí hasta el 2140 el 1%”.Buero ejemplifica: “Cuando un minero se compra una computadora, instala el software y lo pone a correr, lo que hace ese programa es ir probando soluciones” Así, lo que aparentemente sería una red de desencriptadores seriales, tiene más forma de jueguito en red que otra cosa. 

 

“No es lineal el cómo se accede a esa solución, cuando el software que está corriendo el nodo arrima a una respuesta y es el primero en llegar a ella lo valida con la red y si la red dice si, este es el primero, le asigna 25 bitcoins, hace un tiempo eran 50”, señala Buero. La complejidad del sistema bitcoin aumenta cuantos más nodos estén asociados. A la vez, eso eleva el precio del bitcoin en función de las monedas corrientes, porque es un sistema basado en oferta y demanda. El problema (donde el sistema bitcoin se autoregula) tiene que ver con la complejidad de las ecuaciones involucradas. Buero analiza que “mientras más suba el precio, más gente va a querer entrar a la red, mientras más gente entre más poder de computo y más difícil es”.