25/11/11

EL STAND UP CRECE Y SE DIFERENCIA DEL HUMOR BERRETA

La actriz Malena Pichot habla del fenómeno y se refiere de ese modo a los espectáculos como Midachi a los que la gente va, y según ella, la pasa mal. También, el productor Gabriel Grosvald da su versión del auge y revela que este tipo de shows implican un riesgo mínimo.

“El stand up lo que hizo fue diferenciarse del humor berreta. Hay muchos shows como el de los Midachi a los que la gente va y la pasa como el orto”, explica Malena Pichot, también conocida como la Loca de Mierda, quien junto al actor Ezequiel Campa llena desde hace dos años, los viernes y sábados, la sala del Velma Café en el barrio porteño de Palermo. Con más de veinte funciones por semana el stand up, como se observa en www.agendastandup.com.ar, se hace cada vez más lugar en las carteleras porteñas. Un fenómeno que logra su público con medios alternativos de publicidad, las redes sociales, y desde hace diez años crece de manera sostenida para convertirse en una opción cada vez más elegida por los espectadores.

“Si te va mal, lo levantás y listo”, afirma Gabriel Grosvald, importante productor del género con 11 shows en cartel incluido Campa-Pichot. Agrega además que el riesgo de pérdida es mínimo ya que no hay inversión en vestuario ni escenografía como en otro tipo de puestas teatrales y esta es la causa por la que se realizan más obras. Otro dato que le suma público al stand up es el precio, la mayoría de las opciones varían entre los $40 y los $70 con la excepción de Cómico stand up 5, el show del humorista Sebastián Wainraich, que ya cuenta con un renombre, varias versiones y su valor arranca en $90.

En este tipo de espectáculo generalmente hay un presentador o maestro de ceremonias encargado de introducir a cada actor que sube al escenario. Las temáticas de los monólogos varían, van desde lo autorreferencial y pueden llegar a tocar los tópicos menos pensados para el humor. “Nosotros hablamos de cáncer, de abuso infantil, no existe un tabú ni límite temático en los textos”, ejemplifica Pichot.

La historia del género en el país se remonta a 2001, cuando un grupo pionero integrado por los humoristas Diego Wainstein, Alejandro Angelini, Martín Rocco, Hugo Fili y Natalia Carulias montaron En pie de risa, el primer espectáculo del estilo, en la sala Liberarte. A partir de allí hubo teatros y clubs dedicados casi enteramente a este tipo de shows como El Bululú. Este último fue remplazado lentamente por el espacio The Cavern en el Paseo la Plaza, salas pequeñas con mesas y bar, donde hoy se concentra la mayor oferta de este tipo shows.
Más allá de esto, la primera influencia marcada para los artistas fue la sitcom de los noventa Seinfeld, que tanto al principio como al final de cada capítulo mostraba parte de los monólogos del comediante y protagonista Jerry Seinfeld, en los que hacía observaciones sobre la vida cotidiana.“No hay referentes argentinos, no existen. El que te diga que hay es cualquiera, acá hacen las cosas mal. No hay gente grande que haga stand up, tiene 10 años el género por eso mis referentes son todos de afuera”, sentencia Malena Pichot y da una larga lista de influencias entre las cuales menciona a los humoristas estadounidenses Louis C.K., Dave Chappelle y Chris Rock.

Con los comienzos del estilo también empezaron a proliferar los cursos. Así surgieron cómicos que se encargarían de generar nuevos espectáculos. Entre ellos se el actor Ezequiel Campa, hoy compañero de Malena. Ella, de todos modos, no piensa que la formación sea fundamental: “Yo no estudié. Por ahí sirve pero es como cualquier disciplina que encares, te da algunas herramientas pero no te define”.

Stand up para todo gusto

El stand up es un género cómico teatral que suele utilizar observaciones autobiográficas y cotidianas como recurso para hacer reír. Los monólogos tienden a agruparse por interés o por temática, los más comunes son sobre judaísmo, conflictos femeninos y masculinos. “Escribir tu texto sin ser autobiográfico se puede pero no queda bueno -opina Malena Pichot-. Uno piensa que es diferente pero si hacés algo basándote en vos mismo te va a servir más, la gente se va a identificar y eso es lo que divierte”.

También hay otro estilo que está orientado a un público más específico, existe un show completamente en inglés, Gringo Stand Up, protagonizado por un estadounidense que según su productor fue pensado para los turistas, aunque la mayor parte de la concurrencia son argentinos que quieren practicar el idioma. Otro es Geek, donde diez comediantes se dedican a monologar sobre tecnología, redes sociales en lenguaje “nerd” y al cual recomiendan no invitar a padres o abuelos. Además está Friendly, el cual se dedica a las temáticas de género y diversidad sexual desde los puntos de vista gay, lésbico y heterosexual.