Lo que las fronteras imaginarias de los
hombres y los accidentes geográficos separan la expresión artística lo unifica.
A veces el agua no sólo divide dos territorios, sino también es el transporte
de la cultura, la que permite que, aunque seamos distintos, tengamos
coincidencias.
El miércoles pasado el río trajo a la orilla de Agite Culturala dos
músicos del otro lado del charco: Daniel Drexler y Malena Muyala. Diferentes en
su estilo pero parecidos en esencia, esa, la que es importante e invisible.
Ambos uruguayos están presentando su quinto disco. El de Daniel se llama Mar
abierto, nombre que según él genera una doble sensación, es ese lugar donde
confluyen el miedo y la paz, el peligro y la belleza de que "no haya una
camino, una dirección clara". Contó además que en comparación con sus
discos anteriores, aunque el universo temático que trata es similar, la
diferencia radica en su crecimiento como intérprete, "su liberación".
Malena editó recientemente Pebeta de mi barrio, producto de una
gira que hizo por distintos lugares de Montevideo en la que recolectó historias
de los vecinos en relación con el tango. El proyecto originalmente iba a
desembocar sólo en un libro y una serie de cortometrajes, pero algunos de los
relatos resultaban "tan emocionantes" que le propusieron interpretar
los temas que marcaron a esas personas.
Jugando al juego de las coincidencias, entre guitarra, vino y charla el
programa concluyó pero el Agite cultural, ese que nos une, vuelve
todos los miércoles de 22 a 23 hs.